Los momentos de amargura que llegan a mi vida y las aflicciones que constantemente me han estado llegando a mi corazón me han hecho reflexionar sobre las cosas negativas que tengo y que debo cambiar…es como renovar la piel, como pasar de gusano a mariposa….
Pero en estos momentos tan difíciles para mí siempre en el centro esta Dios mostrándome la solución, y es justamente allí, que debo quebrar mi orgullo. Y darme cuenta en como con mis palabras y mis gestos causó heridas a las personas que tanto amo….y con esto las alejo mas y mas de mi corazón!
Pero sorprendentemente Dios dispone ante mis ojos y manos personas, palabras o situaciones que me despiertan a la realidad del amor….
Y es el amor infinito de Dios en mi el que hace perdonar de nuevo, el volver a intentarlo, en amar sin esperar nada a cambio….y claro! En palabras todo es tan bonito y tan fácil…. Pero tomar la decisión de enfrentar mi orgullo es tan difícil y tan doloroso para mi ego….
Y es justo ahí que le pido a Dios fortaleza para enfrentarlo porque sé, que una vez que pase la barrera será mas fácil y satisfactorio para mi….
Es como caminar entre un bosque en la noche, en el cual el camino es largo, curvado y pedregoso…. Y en medio de ese caminar quisiera retroceder y abandonarlo…. Pero también el amor en el corazón te impulsa a seguir y cuando terminas el camino y vez hacia atrás, puedes ver bajo los rayos del sol un maravilloso bosque lleno de pinos que se airean con el cálido viento….y tu alma se inunda de alegría porque el tesoro quedo en tu corazón…. Pues la semilla del amor y el perdón sigue creciendo.
Cada instante tenemos barreras por enfrentar y las mas duras son las que se enfrentan con nuestro propio yo, pero al final cuando pasamos las prueba, terminamos resplandecientes como esmeraldas recién pulidas.
Así que no dejemos que el tiempo se nos pase y se nos vaya de las manos la oportunidad de amar inmensamente a todos los que tenemos cerca!
El doblegar mi orgullo me hace amarte y conocerme cada vez mas.
Perdón por las heridas causadas, y que Dios nos bendiga y nos guarde, y permita amarnos incondicionalmente.