El momento había llegado… el retorno era difícil, más que el
hecho de habituarse a ese frio lugar… ya no quería escapar de allí… aunque se sentía
sola, se había acostumbrando al silencio, al aire frio, a la espesa vegetación….
En medio de toda su soledad, había encontrado a un gran
aliado… la voz del viento, quien susurraba su nombre cada tarde al llegar la
noche…. al parecer le enamoraba y le cantaba al oído con palabras mágicas y
dulces… le gustaba embriagarse con ese gélido viento en su rostro, el cual le atravesaba
el alma y le llegaba al corazón….